Ayer terminó el primer mes de este “esperado” año 2021. “Esperado”, porque pensábamos que marcaría el fin de lo que nos tocó vivir en el tan desafiante 2020. Pero… seguimos hablando de los mismos temas y nos siguen sucediendo las mismas cosas (virus, cepas, aislamiento, cierres, etc.). Teníamos la ilusión de que todo volvería a ser como “antes”.
Por eso decido corregir el título del primer artículo que publiqué en LinkedIn, en mayo del 2020. Decía: “El mundo ya no será igual a como lo dejamos antes de la cuarentena” y hoy digo: “El mundo ya no es el mismo… porque quien no es la misma, soy yo”. No sé si el mundo cambió, pero sí sé que la que cambió soy yo.
Cambié, entre otras cosas, porque decidí enfrentarme y aceptar todas las emociones posibles que pudimos sentir en semejante experiencia.
🌱 Cambié MIEDO a la enfermedad, por MIEDO a lo nuevo. Emoción necesaria para cuidar lo que necesitamos conservar ante los cambios.
🍁 TRISTEZA por no poder hacer lo que hacía antes, a una TRISTEZA que me permitió soltar antiguas creencias que me vuelven muy rígida para los nuevos desafíos.
🌵 ENOJO por lo que no pude seguir haciendo, por un ENOJO que me permite ir por nuevos objetivos, los cuales surgieron de este rediseño de mí misma en tiempos de pandemia.
🌴 ALEGRÍA por aprender a vivir en la incertidumbre sin morir en el intento.
🌷 AMOR y reconocimiento por todo lo que tenía y no “tenía tiempo” para valorarlo. Y hablo sobre todo de personas (familia, compañero de vida, hijos, amigos, maestros y maestras que conocía y que conocí este año). ¡Al final puedo decir Gracias 2020 por haber transformado mi mundo y Bienvenido 2021, como quieras que seas!